Esenciales

Fichas Astrológicas

Sagitario

(por Linda Goodman)

El Arquero es capaz de acercarse, darte una cordial palmada en la espalda y sonreírte amistosamente. Después, te saludará con un comentario del tipo de: “¿Qué demonios haces para parecer tan joven, con la edad que tienes?”; o: “Vaya, que bien te queda este suéter de cuello cisne. Siempre tendrías que usarlo, porque así disimulas la papada”. Después de una de esas alegres aperturas, Sagitario seguirá con su brillante sonrisa, pero la tuya habrá empezado a marchitarse un poco. A él le costará un rato darse cuenta de que fueron sus palabras las causantes de tu seriedad, y más tiempo aun necesitara para entender por qué. Entonces procurará explicarse. Trata de mantener la calma, porque la explicación será peor.

Caramba, ¿no entendiste lo que quería decir? Pues que le parece fabuloso que no representes más de veinticinco años cuando en realidad tienes treinta y ocho (seis años más de los que efectivamente tienes). Y en cuanto a lo de la papada, es mucha la gente de tu edad que tiene cierta flojedad en la región del cuello. Si únicamente se te ve de costado, así, cuando vuelves la cabeza. Con no dejar que te saquen fotos de perfil, ya está.

Tras haber explicado cuidadosamente sus meteduras de pata verbales, y conseguido que tú volvieras a sentirte bien, Sagitario seguirá alegremente su camino, silbando un tema del último éxito de Broadway. Cuando volváis a encontraros y tú le demuestres frialdad, se sentirá dolido e intrigado. Con él, de nada sirve enojarse ni molestarse; Sagitario no actúa por maldad. Sus exabruptos verbales son fruto de la más absoluta inocencia y, por lo general, tampoco entiende que cuando trata de arreglar las cosas resulta ofensivo además de hiriente. No le juzgues con dureza, porque está animado de buenas intenciones. Tampoco necesita de tu compasión… ni de la mía. Bajo su falta de tacto hay una mente sumamente despierta y de principios elevados. Su peculiar combinación de ingenio, inteligencia y fogoso impulso lleva por lo común al Arquero directamente al círculo de los vencedores.

Escorpio

(por Linda Goodman)

Una enciclopedia describe al escorpión como un arácnido nocturno que ataca y paraliza a su presa con un veneno inyectado mediante la larga cola curva, que utiliza tanto para la defensa como para la destrucción. A veces, su picadura es fatal.

Es frecuente que la gente se retraiga visiblemente cuando alguien dice que nació en noviembre, murmurando: “¡Ah, entonces es un Escorpio! “, ya sea con franco temor o con respetuoso sobrecogimiento. A veces hay también una risita, referida evidentemente a la legendaria pasión de Escorpio. Escorpio está harto de esas reacciones ante su signo solar, y ¿quién puede culparlo? Pero… es que es despiadado y peligroso, ¿no es cierto?

No. Depende. Primero, será mejor que el lector aprenda a reconocer el signo. En autodefensa tal vez… o porque busca un ser humano realmente superior.

A Escorpio le gusta viajar de incógnito. Gracias al control que ejerce sobre su naturaleza, por lo general lo consigue, pero hay un par de atajos que permitirán atravesar con más facilidad su disfraz, ya sea a medianoche o a mediodía.

Fíjate en los ojos. Pueden ser verdes, azules, castaños o negros, pero serán siempre penetrantes y de una intensidad hipnótica. A la mayoría de las personas les pone nerviosas e incomodas la mirada de un Escorpio. Tendrás que ser tú quien rompa el ensalmo y aparte primero la vista, porque a mirar, Escorpión siempre te ganará. Es una identificación infalible de la personalidad plutoniana. Los ojos de escorpio se te clavan profundamente, despiadadamente, como si te atravesaran el alma. Y así es.

Libra

(por Linda Goodman)

Jamás digas como si tal cosa: “Que tontería vivir en la ciudad pudiendo irse al campo. No hay comparación”. La última frase, especialmente, es un grave error. Con sólo oírte mencionar la palabra comparación, Libra ya tiene la señal para comenzar.

Puede pasarse la noche entera comparando, con alguna pausa de vez en cuando. Ensalzará las bellezas y ventajas de las ciudades en comparación con las zonas rurales, describiéndote con entusiasmo las luces, las bocinas de los taxis, los teatros, los museos y los parques… aunque él mismo viva en las afueras y no se avenga a partir de allí ni con dinamita.

A veces, si se aburre, hasta puede pasarse al otro lado a mitad de un tema. Si le dices que te gusta una película, te explicará cuales son sus fallos; critícala, y él la elogiará. Muéstrate fascinado por un libro, te hará ver que no es tan bueno; pero si te aburrió, Libra te señalará sus virtudes. En todo este constante proceso de deducción lógica, su intención es ser justo. Libra busca la auténtica verdad, el equilibrio exacto que dé la respuesta correcta, después de haber sopesado todas las posibilidades.

Es un rasgo admirable, ciertamente, pero Libra puede estar en un estado de indecisión constante. Incluso a quienes mayor control ejercen sobre esta característica les disgusta tener que tomar decisiones instantáneas sin haber considerado todas las posibilidades.

La imparcialidad puede ser un fetiche. Con sus dotes para el juicio armonioso y equilibrado, puede ser un excelente estratega, y un planeamiento meditado puede significar que la batalla esté ganada antes de librarla. Su capacidad de ver todos los aspectos, de distender los nervios y de calmar a los coléricos puede hacer de él el mejor de los mediadores, capaz de aproximar a gente separada por la desconfianza y el odio recíprocos y de hacerles colaborar armoniosamente.

Virgo

(por Linda Goodman)

Cuando se sienten molestos por la vulgaridad, la estupidez o el descuido, los nativos de Virgo pueden ponerse súbitamente hoscos, irritables, gruñones y nerviosos, pero por lo general son gente muy dulce, muy grata de tener cerca, especialmente en un cuarto de enfermo.

Algunas de las mejores enfermeras, llenas de eficiente compasión y modelos de pulcra capacidad, han nacido bajo este signo. Cuando te duela la cabeza, lo más probable es que sea tu amigo Virgo quien corra a la farmacia. Y si estás en casa de él, no necesitará ir muy lejos, porque probablemente allí mismo tendrá una farmacia en miniatura.

En el cuarto de baño, el botiquín estará cargado de remedios para el dolor de estómago, el estreñimiento, las afecciones hepáticas o la acidez. Échale un vistazo alguna vez.

Virgo jamás tomará una medicina a menos que conozca todos sus componentes y sepa como actúan, de modo que podrá decirte con total conocimiento de causa que será mejor para tu dolor de cabeza, según que sea lo que lo haya causado.

Cuando viaja, es frecuente que lleve consigo la farmacia portátil; hasta puede llevar un maletín de más, solamente para frascos y píldoras, y si está acostumbrado a determinada marca de jabón o de colonia, pues también irá al maletín.

Sería un desastre para Virgo quedarse varado en una ciudad donde no vendieran lo que está acostumbrado a usar. Generalmente, compra los jabones y artículos de tocador por cajas, porque sale más barato -o en todo caso, por docena-, y esa es otra de las razones de que no le guste comprar cosas cuando viaja.

Hay casos en que un nativo de Virgo llega a viajar con su propia provisión de agua. No te rías… ¿no sabes lo que puede pasarle al estómago de una persona cuando ciertos cuerpos extraños se introducen en el sistema digestivo, suspendidos o disueltos en un agua desconocida? Pues Virgo puede decírtelo.

Son gente que cuando tiene hábitos, pues tiene hábitos, y salir de vacaciones o hacer un viaje de negocios no es excusa para romperlos. Si en casa Virgo está acostumbrado a guardar los calcetines en el cajón del medio de la cómoda, a la izquierda, allí irán los calcetines en la habitación del hotel. Y si es una de esas cómodas que no tienen más que tres cajones grandes y no puede optar por el de la derecha o el de la izquierda, pues ya tendrá para cavilar un rato.

Es posible que termine por dejarlos en la maleta, pero no dormirá tranquilo. A la mañana siguiente, la camarera del comedor del hotel aprenderá inmediatamente que si Virgo dice que quiere los huevos pasados por agua tres minutos, no quiere decir que dos minutos cuarenta y cinco segundos.

Y que pedir las tostadas bien hechas no significa quemadas. Además, la atención que presten a esos detalles influirá decididamente sobre las propinas.

Leo

(por Linda Goodman)

Para su propia sorpresa, cuando una auténtica emergencia se desploma sobre sus recios hombros, Leo se la toma con calma, pero sin eludir jamás su deber, ayudando a los desvalidos, protegiendo a los asustados (aunque por dentro él pueda estar doblemente asustado), animando a los melancólicos y afrontando con valor su auténtica responsabilidad. Tal es su naturaleza.

Acuérdate del león cobarde de “El mago de Oz”, que se mimaba tiernamente la hermosa cola, con agraviada dignidad, y buscaba con ansiedad por el mundo el don del verdadero valor, y que terminó descubriendo, cuando se produjo una auténtica situación de peligro, que el mas valiente del grupo era él.

Leo es un amigo orgullosamente leal, enemigo justo pero poderoso; es creativo y original, vital y fuerte, lo mismo da que sea un León tranquilo o uno de los inflamables, pues existen las dos clases. Su indumentaria es despampanante, adecuada a su colorida personalidad. Y pasamos por alto su arrogancia, su ego insufrible a veces, sus ataques -más bien ridículos- de vanidad y haraganería, porque el corazón, como su metal, es oro puro.

Rebosante de cordialidad y generosidad, el León, alegre y afectuoso, salta alegremente por un campo de amapolas cuando su Sol brilla alto en el cielo. Su dignidad y su gracia interiores son tan auténticas que puede llevar con valor sus infortunios. Los cálidos rayos amarillos de su jocunda esperanza se intensifican hasta el naranja a la hora del crepúsculo, y en sus noches brilla un millar de estrellas.

Necesita una dieta rica en halagos, autoridad, ascensos, títulos y libertad, que no constituye un precio demasiado alto por su inteligencia, lealtad, fidelidad, buenas ideas y sentido de la responsabilidad. Después de todo, ¿Cuántos jefes tienen entre su personal a un miembro de la realeza? Déles su alimento preferido a sus gatos y gatitos, y verá como ellos son sus mejores propagandistas, tan orgullosos de su empresa como si ellos mismos fueran los dueños. El corazón del León es tan grande como su ego.

Cáncer

(por Linda Goodman)

Todos los regidos por la Luna tienen un rostro enormemente expresivo. Mil estados de ánimo se perfilan fugazmente en sus facciones en el curso de una conversación. ¿Conoces a alguien que a veces cacarea desaforadamente, después llora con desconsuelo, de pronto te contesta bruscamente y con irritación, y que cuando lo hieres se oculta? ¿Y que normalmente te trata con mesurada consideración? Si es gruñón, pero bondadoso, un conversador fascinante con profundos pozos de imaginación creadora, tu amigo nació probablemente a fines de junio o en julio.

Los Cancerianos tienen tal dominio sobre las imágenes, y sus fluctuaciones anímicas son tan intensas, que pueden hacer que los demás las sientan. Su imaginación se abalanza sobre la alegría y el dolor, sobre el horror y la compasión, sobre la tristeza y el éxtasis, y asegura firmemente cada emoción con la intensidad retentiva de su memoria.

Absorben imágenes y las reflejan con la fidelidad de un espejo o de una cámara. Cada experiencia les queda grabada en el corazón como una fotografía queda registrada en el negativo. Jamás olvidan ninguna de las lecciones que les ha enseñado la vida, ni las que la historia enseña a la humanidad. Cáncer reverencia el pasado y es generalmente patriota de corazón. Las figuras históricas le llaman la atención tanto como sus propios antepasados.

Frecuentemente, es coleccionista de antigüedades, viejos tesoros y reliquias antiguas, y el ayer despierta en él una curiosidad insaciable. Cáncer es una especie de arqueólogo mental, que está continuamente haciendo excavaciones en busca de hechos fascinantes.

Es también un pozo de sigilo. Automáticamente, la gente le confía sus secretos, pero la sensibilidad del Cangrejo le permite conocerlos sin que hayan mediado las palabras. Su compasión es profunda y enormemente intuitiva; no son muchos los secretos que Cáncer no pueda descubrir, si le interesan.

Géminis

(por Linda Goodman)

En lo profundo de su naturaleza indagadora e impaciente, Géminis busca un ideal, y su principal problema consiste en saber cuál es.

Podría ser cualquier cosa, ya que su imaginación no conoce límites. Dinero, fama, riquezas, amor, triunfo profesional…, nada es suficiente.

Mercurio siempre atrae a Géminis más y más alto, y más y más adelante, con la seductora promesa de algo siempre un poco mejor. La hierba del otro lado del camino siempre parece más verde. El cielo es más azul sobre otros océanos. Las estrellas brillan más en otras latitudes.

¿Qué es lo que busca? Tal vez algún oculto continente, aun sin descubrir, dentro de sí mismo. Géminis es el explorador de la mente.

Sus ojos son agudos y sus talentos múltiples. Su humor es brillante, y tiene tacto, diplomacia y destreza, pero le falta paciencia y constancia.

Está demasiado dispuesto a deshacerse de algo viejo y precioso por algo nuevo y sin probar, y después vive lamentando lo que hizo. A pesar de que es mucha la gente que le rodea, sus emociones mas profundas las comparte únicamente con su único compañero constante: el gemelo que lleva dentro de sí.

El aire es su elemento y su hogar. Géminis es ajeno a la tierra.

Tauro

(por Linda Goodman)

Cuando el bullicioso estrépito de la ciudad ejerza sobre él demasiada presión, se irá decididamente con su caña de pescar en busca de un lugar pastoral y tranquilo. Que el mundo se ponga a girar con demasiada rapidez para él y amenace marearlo, Tauro se irá simplemente a tomarse un descansito hasta que amaine.

Si no tiene la escapatoria de la caña de pescar o de la maceta en la ventana, es posible que se dedique a los negocios inmobiliarios y que se ocupe de resolver los problemas de vivienda de otros, lo cual le permitirá de vez en cuando darse una vueltecita por los suburbios.

Por remota que sea, siempre tiene una conexión con la tierra, que puede ser andar por los alrededores del hipódromo o dar su paseo de los domingos por un parque, embebiéndose del espectáculo y la fragancia de la naturaleza.

La verdad es que Tauro es todo lo obstinado que puede serlo un ser humano sin llegar realmente a convertirse en piedra. Parece que a los Tauros les hubieran encolado no sólo a su asiento sino a sus opiniones. Un marido Tauro se negará a acompañar a su mujer a la casa de una amiga si allí no hay sillas lo bastante cómodas para que él se siente. Inútil que ella se lo ruegue: él no irá.

A su vez, la mujer Tauro que no aprueba a los amigotes de su marido, simplemente no les habla. Así y todo, es verdad que los Toros pueden hacer gala, con justicia, de la virtud de la paciencia. Más de uno soporta, durante años y sin quejarse, cargas emocionales y físicas, y cuantos más problemas se le juntan, más fuerzas encuentra Tauro para afrontarlos.

Su lealtad y devoción a la familia y a los amigos excede a veces los límites de la comprensión. Son muchos los hombres y mujeres Tauro que se merecen medallas de oro por su valor para soportar golpes del destino que habrían derrumbado sin remedio a los nacidos bajo otros signos. Espléndido.

Estoy de acuerdo en que se le dé a Tauro una cinta azul en reconocimiento de su fortaleza. Pero eso no cambia el hecho de que es obstinado.

Aries

(por Linda Goodman)

El Carnero no es consciente más que de sí mismo. Es el infante del zodíaco, el bebé recién nacido, totalmente absorbido por los dedos de sus pies y de sus manos. Sus necesidades son lo primero. A un bebé no le importa si sus padres o los vecinos duermen o no. Cuando tiene hambre o está mojado anuncia vociferante su incomodidad. Quiere que le den el biberón o le cambien los pañales ahora, y nada de demoras.

Si un Aries tiene una idea o algo que quiere apartar de su mente, no tendrá el menor resquemor en llamarle a uno a las cuatro de la mañana. ¿Por qué no ha de estar todo el mundo despierto para escucharle? Si él está despierto, y es eso lo único que cuenta. Quiere algo, y lo consigue. Como al bebé, a Aries el mundo le preocupa sólo en la medida en que se relaciona con él. Pero, ¿se puede decir que un bebé es realmente egoísta? Si siempre está dispuesto a prodigar sus sonrisas y sus favores a quienes satisfacen sus exigencias. Es difícil resistirse a un bebé, hasta tal punto es inconsciente de estar causando el menor inconveniente a nadie. Lo mismo pasa con el Carnero. Su inocencia le rodea por completo y suaviza su agresividad, de la misma manera que la inocencia del recién nacido atenúa su egocentrismo.

A esta ingenuidad que desarma se debe también que los Aries sean tan intrépidos. Hasta que se quema, el bebé no le tiene miedo a nada, ni a nadie. Y aún entonces, volverá confiadamente a hacer la prueba, una vez que se haya olvidado de la herida. No hay el menor rastro de astucia ni de superchería en el Carnero, que seguirá así durante toda la vida: creyendo siempre de todo corazón, cayendo siempre para volver a levantarse y hacer un nuevo intento. Todas las dudas que puedan surgirle por el camino, se disipan inmediatamente ante la primera persona que vuelve a ser bondadosa con él, del mismo modo que el bebé se olvida del dolor que le produjo el imperdible que accidentalmente se le clavó en la pierna, la próxima vez que le ponen talco.